Las prácticas de reconocimiento es una acción en la que de nuevo el cuerpo femenino se coloca como símbolo y  ejercicio de resistencia,  que imprime en la sociedad diversos valores y representaciones vinculadas a la identidad del sujeto femenino. Con este trabajo, se cuestionan las prácticas socioculturales de dominación que condicionan a los cuerpos y que transgreden nuestras multiples identidades dentro del contexto cotidiano, la obra permite un espacio de juego decolonial, que impulsiona  enfrentamientos con el entorno a partir del camino del rito, se pone en evidencia la necesidad de relacionarse con el otro como un acto político y legitimo. La identidad se revela desde la feminidad subersiva, radicalizada a partir de uso del cuerpo como una materia prima,  como una herramientas para la reflexión, la protesta y la construcción de un imaginario poético decolonial de tránsitos permanentes, de transformacion y denuncia contra el genocidio de los pueblos ancestrales, el feminicio a la mujer, la vigilancia permanente sobre los ciudadanos, con la intencion de ofrecer diversas posibilidades para entender nuestras realidades y fenómenos sociales. Para mí es una acción que nos habla de la resistencia como un acto vital de la naturaleza humana, transgrediendo lo impuesto por medio de la ocupacion de un lugar y apartir de una poética constante del ser/estar/hacer.

 

 

Esta pieza,  fue realizada en un centro histrico de la ciudad de Sao Paulo, espeficicamente en el Viaducto do Cha, es una performance que activa el tu a tu con el publico, a partir de la invitacion de Rodrigo Muniz, para el proyecto #Laplataformance,  se detona en el espacio publico en plena llegada del coronavirus a la ciudad, en la obra se devela que nadie es inmune al miedo, a la violencia, al racismo, a la muerte con o sin panemia. Llevar a las calles esta acción  invita a romper con el control que el El Estado impone a su favot,  es un acto de sublevacion que reinvindica la autonomia del arte/vida, porque si tenemos miedo de morir debemos usar ese miedo para fortalecernos de alguna forma ante la impunidad del propio gobierno. No hay virus peor para el planeta que que el capitalismo salvaje que consume la madre tierra, que destruye todo a su paso sin contemplacion. Sin embargo, presente y inmersa en la ciudad de Sao Paulo legitimo mi poder para crear acciones de reconocimiento, que presenten cuestionamientos dentro en el contexto social salvaje y depredador que el sistema de  nos impone , mantenernos aislados y sobre todo vulnerables. 

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